viernes, 5 de octubre de 2018

BARRAS BRAVAS


EDUCACIÓN PARA LA PAZ
GRADO DÉCIMO
SESIÓN 4
Desempeño a desarrollar en la sesión:
Actúa en defensa de su forma de ser y vivir en el mundo, y de otras identidades, incluso, de aquellas de las que no hace parte o en las que no se siente representado. (A)

DESARROLLO
La vinculación a distintos tipos de preferencias deportivas, estéticas, musicales, culturales, religiosas, entre otras, no necesariamente induce a las personas a comportamientos agresivos; no obstante, se ha vuelto habitual que algunos individuos y grupos sociales establezcan formas de identificación excluyentes, discriminadoras con quienes son representados como rivales y, muchas veces, construidos como enemigos.   

El testimonio, que a continuación se presenta, de un integrante de una barra brava de un equipo del fútbol colombiano, ilustra una de las formas más dramáticas de expresión de la violencia en la sociedad actual. 

“YO SOBREVIVÍ A UNA PELEA ENTRE BARRAS BRAVAS EN BUCARAMANGA”
Conozca el testimonio de un hincha del Atlético Nacional quien le narró a Vanguardia Liberal cómo fue una de las riñas que protagonizó en el Parque San Pío de Bucaramanga varios años atrás.
Santiago, un joven bumangués miembro de la barra brava del Club Atlético Nacional, participó en una pelea contra los Comandos Azules de Millonarios en el parque San Pío de Bucaramanga. Este es su testimonio:
“Era un sábado, Nacional jugaba contra Chicó en Medellín hace varios años atrás. Todos acordamos encontrarnos en el parque San Pío para ver juntos el partido en un bar.
Siempre nos veíamos temprano para hablar, así que ese día salí a la 1:30 de la tarde de mi casa, aunque el partido era a las cinco.
Iba vestido con una camisa de la Selección Colombia, una pantaloneta blanca y unos tenis Skeachers azules que me gustaban mucho.
Nunca había querido reunirme con la barra vestido con cosas de Nacional, me parecía que eso daba mucho visaje.
Cuando llegué ya había varios parceros; me senté con ellos y empezamos a hablar acerca del bonche de la semana pasada. Como no había estado, me contaron que los de Millonarios nos habían corrido del parque y que se habían adueñado de él.
Estábamos molestos, ese parque siempre había sido territorio de la barra Los Del Sur y las ‘gallinas’, los hinchas de Millonarios, no podían quitárnoslo. Recuperarlo era cuestión de honor. La tarde pasó tranquila, cuando todos llegaron nos fuimos a un bar para ver el partido, pero cuando cruzamos la carrera 33, aparecieron los ‘tombos’ para hacernos una requisa.
Nos pusieron contra la pared; yo llevaba ‘la pala’ (navaja) en el bolsillo de la pantaloneta, pero no me molesté por tratar de esconderla.
A los demás les quitaron ‘bareta’ (marihuana) y cuatro palas. Yo me quedé esperando a que me requisaran, pero al parecer los ‘tombos’ se cansaron y nos dejaron ir. Pensé que estaba muy de buenas, no me habían quitado nada.
Cuando llegamos al bar pedimos cerveza y nos relajamos. Apenas me tomé como cinco porque casi no llevaba plata.
En ese partido ganamos 2 a 0 en el Atanasio Girardot. Íbamos por el título del Torneo Apertura de la Copa Mustang de ese año.
El triunfo nos energizó, las cosas habían salido bien y era hora de ir a buscar a las gallinas para recuperar lo que era nuestro.

Los Del Sur vs Comandos Azules
Todos caminamos hacia el San Pío por la calle 45; éramos como quince. Cuando cruzamos la carrera 33 y los vimos, empezaron a tirarnos piedras y botellas.
Eran muchos, como 30. Alcanzamos a correr una cuadra, pero un parcero que ya murió, ‘El Tatareto’, paró y nos dijo:
- No, que va... vamos a darles duro, ¿por qué nos vamos a dejar correr si el San Pío es nuestro? ¡Esa es nuestra casa!
Esos gritos nos mentalizaron. Yo fui el primero que caminó hacia el parque, los demás me siguieron. Ahora era matar o morir.
- ¡Nadie corra, nadie mira hacia atrás!, grité.
Me fui de frente, empecé a esquivar las rocas, sólo pensaba que tenía que hacer respetar a Los Del Sur Bucaramanga y que esas gallinas no nos podían correr.
Me imagino que todos me siguieron, porque los otros empezaron a retroceder.
Sólo uno se me vino de frente, creo que le decían ‘El Borracho’, y me pegó con un palo en la pierna izquierda; me acuerdo porque ahí tenía el celular.
Se resbaló después de pegarme y cuando lo vimos en el piso, todos nos fuimos encima con patadas. Yo me alejé del tumulto porque escuché a la gente de los edificios gritar:
- Déjenlo quieto, no sean asesinos.
Cuando volteé a ver, alguien alzó una piedra y se la soltó sobre la cabeza.
En ese momento me di cuenta que se había formado un trancón; ningún carro había querido pasar por ahí, también vi que en la otra esquina estaban los supuestos amigos del tipo.
Las sirenas de los carros de la Policía empezaron a sonar. Entonces corrí con un amigo y su novia. Sólo quería coger un bus que me llevara a mi casa.
Cuando nos subimos, un Policía no lo dejó arrancar y en ese momento encaleté mi pala en el asiento del conductor, no supe cómo lo hice, todo fue cuestión de segundos.
El policía nos hizo bajar, nos preguntó quiénes éramos y porqué corríamos. Miró nuestros antecedentes, nos requisó y como no llevábamos nada, nos dejó ir. Todos salimos corriendo detrás del bus en que había dejado la pala y lo alcanzamos a las tres cuadras.
Cuando le pagamos, saqué mi pala de donde la había dejado.
Me senté en una de las sillas de atrás, al lado de la ventana y no entendía lo que había acabado de pasar. Miré el reloj y apenas habían pasado quince minutos desde que salimos del bar.
Pensé en los que se habían quedado y confié en que no les hubiera pasado nada. Los tres nos miramos y lo único que hicimos fue reírnos, no supe si fue por miedo o porque nos escapamos. De vuelta a la normalidad
Cuando llegué a mi casa había una fiesta, creo que mi prima estaba cumpliendo años. Todos me preguntaron en dónde estaba y yo les dije que viendo el partido. Nadie dijo nada. Tomé aguardiente, me relajé y el tema se me olvidó.
Sin embargo, tenía miedo de que me persiguieran y de que alguien nos sapiara. Al día siguiente no quise salir, me quedé todo el día viendo fútbol y me dormí temprano.
Tres días después mi mamá me levantó asustada con un periódico en las manos y me leyó la nota que habían publicado sobre el bonche.
Ahí me enteré de que ‘El Borracho’ tenía 16 años, que había recibido 10 puñaladas y que fue intervenido quirúrgicamente.
Mi mamá me preguntó que si había estado ahí y obviamente le dije que no. Lo único que podía pensar en ese momento era que los supuestos amigos de ‘El Borracho’ no habían hecho nada para protegerlo, y que finalmente los que le salvaron la vida fueron los gritos de la gente de los edificios, que a la larga, fueron los que nos dispersaron.
No siento culpa porque el tipo sobrevivió y aunque sigo siendo barrista, ya no busco bonches, lo que pasó ese día no lo quiero repetir”.
Tomado de Vanguardia.com (Diario de Bucaramanga) en: http://www.vanguardia. com/santander/region/226715-yo-sobrevivi-a-una-pelea-entre-barras-bravas-enbucaramanga Del 25 de Septiembre de 2013 (Recuperado el 12 de octubre de 2015)

ACTIVIDAD

Luego de leer el testimonio, el grupo se organiza en subgrupos de trabajo, garantizando en cada uno de ellos el balance entre chicos y chicas e hinchas de diversos equipos de fútbol, para que discutan las siguientes cuestiones. Aunque existen marcadas diferencias de carácter histórico, social y cultural entre el conflicto bipartidista de la época de La Violencia y cualquier conflicto local, de carácter sectario, de la actualidad.
El testimonio da cuenta               de la experiencia de un                miembro de la barra brava de un equipo de fútbol, en particular, pero teniendo en cuenta la actual situación de violencia asociada a este deporte, podría ser de cualquier otro, incluyendo el club de tu preferencia:
• ¿Podrías destacar rasgos similares en                otras formas de construcción de identidad excluyentes y discriminadoras, a través del tiempo?
    ¿Cuáles consideras más sobresalientes y por              qué?
    ¿Qué aspectos del relato te parecen más impactantes y por qué?
    ¿Qué papel juega el cuerpo o la expresión corporal en la forma como las personas representan su pertenencia a un grupo (por ejemplo: equipo de fútbol, tipo de música, otros)?
    ¿De qué modos crees que podemos              realizar nuestras preferencias (deportivas, estéticas, musicales, culturales, religiosas, entre otras) sin menospreciar, discriminar y ofender a otras personas?
·      Un amigo tuyo es hincha ferviente de un equipo de fútbol y tiene mucha ira por algo que le hicieron a un compañero de barra, los aficionados de otro equipo, ¿cómo vas a hacer para evitar que actúe de manera violenta?

JJJ

El objetivo del grupo de preguntas de esta actividad es invitar al estudiante a reflexionar sobre las características de su identidad y la de los demás; cómo ésta también se configura en y desde el cuerpo (p.e colores en el pelo, tatuajes con banderas de los equipos de fútbol, pelo corto o largo) y simboliza su pertenencia a diferentes grupos. Con las preguntas se busca que el estudiante reconozca las diferentes identidades como fortaleza para la construcción de una sociedad diversa e incluyente y no como una razón para discriminar o agredir a los otros. Estas preguntas buscan desarrollar en los estudiantes las competencias ciudadanas necesarias para prevenir la discriminación, como por ejemplo el pensamiento crítico y la empatía.

Es necesario resaltar que la guerra o la paz; la violencia o el respeto a los otros no dependen solamente de las decisiones de quienes tienen poder, sino, principalmente, de nuestras acciones y decisiones cotidianas, de la manera como vivimos y disfrutamos lo que somos, lo que nos constituye; de nuestra forma de vivir con los otros.

Es necesario que los alumnos comprendan que la convivencia pacífica se construye  no solo entre pares, con quienes se consideran iguales o pertenecientes a los mismos grupos sociales, sino también, y quizás de modo más prioritario, entre quienes detentan formas distintas de ser y de vivir. Por ello, la exigencia de no discriminación pasa por la comprensión de procesos y experiencias históricas en las que los intereses de las partes en conflicto se expresan y sostienen de forma tan radical y polarizada que alimentan la guerra y la violencia. Este es el caso de las identidades partidistas (liberales y conservadores) en la época de La Violencia, pero también lo es el del conflicto interno actual y, en una escala distinta, el de las barras bravas, de algunos equipos del fútbol colombiano, en los últimos años.  

OPCIONAL: observar el siguiente reportaje que ilustra la manera como en Ciudad Bolívar los integrantes de tres barras bravas llegan a un acuerdo de pacificación y no agresión, con el fin de sumarse a una iniciativa simbólica de plantación de árboles en los cerros como proyecto de incentivar la vida.  Link: http://www.citytv.com.co/videos/433912/pacto-de-paz-entre-barras-bravas


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